viernes, 30 de mayo de 2008

Mi padre era marino. Un día me pregunto...asi lo recuerdo ahora... ¿te parece que el teatro te va a servir para vivir?
Yo tendria quince años y le contesté un SI rotundo para no putearlo una vez más por no sentirme acompañado en esa elección. No sabia muy bien que era vivir. No sabia muy bien esa y otras tantas cosas. Pero su pregunta me hacía tirar de sisa.
SI, fue la respuesta. SI, sigue siendola aun hoy cuando él ya no esta.
Hoy, de alguna manera me doy cuenta y cuento esta historia donde un hijo vuelve a su padre...donde un hijo intenta escucharlo para poder escucharse.
Ninguna respuesta quizá sea valida, ninguna pregunta completará nuestra duda. Ninguna deuda será saldada.
Intentaremos nuevas hipotesís...hasta poder dejar, bien muerto...a nuestro amantisimo padre.
Quizá, "Un judio polaco" sea esa posibilidad. Un asesinato. Matar al padre.
Una liberación. Una nueva pregunta. Otra posible respuesta. O nada. Un instante, fugaz. Ceremonia teatral. Tiempo de representación. Solo eso.
Mateo

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